Quizás es algo que ya has escuchado. La pandemia ha generado cambios en nuestra vida cotidiana, afectando nuestra rutina, nuestros periodos de sueño, el contacto con otras personas y nuestros espacios de recreación. Lo que antes era algo normal, como salir a jugar al parque, hoy es algo que no podemos seguir disfrutando con familiares y amigos.

Este cambio en la rutina y en los hábitos también afectan a nuestras niñas y niños menores de 6 años, siendo perjudicial para su salud física y mental. El encierro, la falta de contacto con otros niños, la incertidumbre, la falta de actividad física, cambios en la alimentación y la exposición a las pantallas (el televisor, el computador, el teléfono, la tablet…) generan en ellos mayores niveles de ansiedad y estrés.

¿Cómo identificar el estrés en niñas y niños?

Según UNICEF, hay ciertos comportamientos que podrían estar presentando nuestros niños, producidos por un aumento en su nivel de estrés dado todo lo que está pasando, que se podrían considerar como normales o esperables dada la contingencia, pero que es importante vigilar (leer más).

En el caso de menores de 2 años, es frecuente observar cambios en su apetito y en sus rutinas de sueño, un mayor apego a su cuidador primario, menor energía o deseos de jugar, y llantos excesivos o injustificados. Es probable que además experimenten “conductas regresivas”, como volver a gatear luego de haber aprendido a caminar.

En niñas y niños entre 3 y 5 años también se observan conductas como pérdida de apetito o comer en exceso, cambios en sus rutinas de sueño, un mayor apego y desmotivación. En esta edad, también pueden comenzar a sentir más miedo, ya sea de situaciones reales o fantásticas (como monstruos) y padecer dolor de estómago o de cabeza, sin razón aparente.

niña smartphone

Cómo reducir sus niveles de estrés

Son distintas las medidas que puedes tomar para aliviar el nivel de estrés de tus hijas e hijos durante estos días de incertidumbre y aislamiento. Te invitamos a leer la guía para padres y madres que redactó UNICEF con toda la información necesaria sobre el coronavirus, y estrategias para poder proteger a tus pequeños, durante esta pandemia (leer más).

Conversa con ellos

Una primera recomendación es preocuparte de su estado emocional. Conversar con tu hijo o hija es esencial; propiciar un espacio de confianza para que pueda expresar lo que siente y piensa, donde se sienta segura/o en exponer sus temores, aprehensiones y expectativas. También que puedan contar lo que han visto y escuchado; es necesario saber qué entienden realmente de todo esto, con qué se quedan. Es importante que le expliques lo que está ocurriendo de manera simple y clara, que pueda hacer preguntas y así ir comprendiendo tanto lo que pasa, como lo que está por venir. Por ejemplo, es importante que puedan darse cuenta de que el encierro y las medidas de protección son temporales y que, además, son por su propia seguridad.

Cuidado con la sobreexposición a las noticias

Ten cuidado con lo que escuchan. Un exceso de información negativa genera en ellos miedo y ansiedad, ya que no siempre van a ser capaces de procesar o comprender adecuadamente lo que están viendo o escuchando. Por esta razón, evita una alta exposición a noticias, información o comentarios que pueden ser fatalistas o extremadamente negativos. En cambio, intenta estar presente cuando reciban información, para que así puedas explicar y responder dudas, además de contener si se sienten sobrepasados. Entender lo que ocurre, producto de esta pandemia, les ayuda a disminuir los niveles de ansiedad e incertidumbre.

Intenta mantener la actividad física y la alimentación saludable, limitando el uso de pantallas

No olvidar la salud física. El encierro genera cambios en cómo juegan y se alimentan; se reducen los espacios, se desordenan los horarios, se pierde/aumenta el apetito. Intenta mantenerlos activos durante el día, invitándoles a jugar, hacer ejercicio o manualidades que para ellos puedan ser divertidos, evitando que estén sentados frente a las pantallas por más de una hora al día. No olvides seguir cuidando su alimentación; es fácil y tentador salirse de la dieta habitual ya que los dulces, chocolates y alimentos procesados a veces nos hacen sentir felicidad, pero debemos recordar que, aunque ricos, no son saludables para ellos.

Cuida las rutinas

Junto con mantener su actividad física a pesar del encierro, es recomendable que tengan una rutina en el día a día, para darles un sentido de estructura y estabilidad. Establece espacios y horas para las comidas, jugar, hacer actividad física, estar frente a las pantallas, estar en familia y dormir.

Enséñales a cuidarse

Por último, enséñales a cuidar de su higiene y de las medidas que pueden seguir para evitar el contagio del coronavirus. Por ejemplo, que aprendan a lavar sus manos con agua y jabón el tiempo necesario y de la forma correcta (pueden cantar el coro de una canción o inventar una letra que los ayude y motive); que tengan cuidado en espacios públicos, con lo que tocan o con el resto de las personas, que aprendan a mantener su distancia de otros, etc. Estas prácticas les permitirán generar hábitos que van a mantener en un futuro y también les ayudará a disminuir el miedo que puedan sentir por la pandemia.

niños jugando

Queremos ayudarte

Recuerda que es normal que tu hija o hijo sufra de un mayor nivel de estrés debido a la pandemia. Es importante que estés alerta a sus cambios de comportamiento y puedas ayudarle a sentirse mejor. Eso sí, no hay que olvidar que cada niña o niño es diferente y puede expresar el estrés o ansiedad de formas distintas, incluso a veces de maneras muy sutiles que pueden pasar desapercibidas en un inicio, por lo que hay que estar atento a cualquier señal que llame la atención de tal manera de resolver oportunamente.

De todas maneras, si quieres saber más sobre cómo aliviar el estrés en tus niñas y niños, o si deseas conversar con un profesional para que te pueda asesorar, puedes contar con nosotros.

 

Ps. Francisca Fernández

Ps. Francisca Fernández

Psicóloga

Estudié psicología en la Universidad Diego Portales, realicé un diplomado en Neuropsicología Infantil de la Universidad Católica y un magíster en Neuropsicología Clínica en la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla. Tengo experiencia en el área educacional y en sicología infantil.

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