Una situación de catástrofe, emergencia o accidente, puede ser para algunos, en menor o mayor medida, un evento traumático. Por esto, en este artículo te dejamos algunos consejos para ayudar a los niños frente a un evento traumático.
Antes que todo, es importante mencionar que la mayoría de los seres humanos vamos a reaccionar de manera muy diferente ante una catástrofe o un evento traumático; si bien aquí se mencionan algunas estrategias o recomendaciones ante una eventualidad de tal magnitud, nadie espera que los/as adultos o madres/padres responsables actúen de manera perfecta, ya que también podemos sentir pánico, angustia y reaccionar de manera impulsiva a propósito de la emoción que estamos sintiendo en esos momentos.
Dicho esto, es que la intención es que puedan usar esta información como ayuda para remediar o en aquellos casos en los que se sientan sobrepasados/as o no sepan bien qué hacer o cómo enfrentar alguna situación.
Un evento traumático implica la exposición a una amenaza, real o percibida, de muerte, lesiones graves o violencia. La forma en la que una persona experimenta o reacciona ante un evento traumático es sumamente singular y depende de variados factores que no siempre podremos ponderar, especialmente cuando hablamos de niños y niñas. Sin embargo, la contención, apoyo y la seguridad que éstos últimos reciban de parte de sus cuidadores, puede ayudar considerablemente a manejar sus miedos y recuperarse de manera saludable luego de un evento adverso.
Es esperable que un niño presente diferentes reacciones:
- Estén más mañosos/as, irritables o reactivos/as. Por el contrario, también puede ser que se vuelvan más ensimismados/as.
- Aparezcan o aumenten temáticas relacionadas con la muerte o catástrofes (ya sea en conversaciones, preguntas, juegos, sueños).
- Aumento o disminución de apetito, sueño, actividad física (asociado al aumento de niveles de ansiedad).
- Conductas regresivas (retroceder en algún hito alcanzado previamente, como mojar la cama, no querer dormir o comer solo/a, hablar como guagua, etc)
- Ansiedad por separación, es normal que quieran estar con sus padres o figuras de apego en todo momento. (no quieran estar solos en la pieza, baño, cocina, etc).
Consejos para ayudar a los niños/as frente a un evento traumático:
Transmitir seguridad: Lo principal es lograr que el niño/a o adolescente se sienta a salvo. Existen diferentes maneras de conseguirlo.
- A través del contacto físico, cariños y abrazos son beneficiosos principalmente si vienen de padres o figuras cercanas y afectivas, se transmite sensación de protección y seguridad, disminuye el estrés, etc.
- Seguridad física y seguridad emocional: que vea que no hay riesgos donde están actualmente, demostrar que se encuentran en un lugar seguro y anticipar pasos a seguir ante cualquier eventualidad. En relación a esto mismo, reiterar que tú u otro adulto responsable y cercano serán los encargados de protegerlo/a en todo momento.
- Actuar con calma: considerar tanto lo que se comunica de manera verbal como no verbal (gestos, postura corporal, expresiones, tono de voz). Trata de estar tranquilo/a ya que de esa manera podrás transmitirle ese mismo estado. Ante un evento así, los NNA buscan un refugio reconfortante y seguro.
- Tratar de mantener rutinas, en la medida de lo posible, entendiendo las contingencias. La predictibilidad de las rutinas da seguridad, en medio del caos y los cambios. Cuidar horas de sueño y alimentación, mantener o establecer pautas y normas diarias. Incluir espacios de juego o recreación tendrá un impacto positivo en la medida que les permitirá distraerse a la vez que les brindará sensación de “normalidad”.Prevenir o limitar la exposición a medios, no exponer más de lo necesario a imágenes o conversaciones explícitas, ya que es probable que el/la niño/a no esté preparado/a para comprenderlas y, en cambio, sólo provocará aumento de miedos y angustia.
Conversar sobre lo que ocurre. Siempre es mejor conocer la información de parte de un adulto de confianza y en un ambiente seguro. Algunas pautas para lograr esto:
- Hablar sobre lo que ocurrió de manera clara, sencilla y concreta. De igual manera, si bien el futuro es incierto, tratar de ir transmitiendo lo que va a a ocurrir en el corto plazo, para anticiparlo pero evitando generar un aumento de ansiedad.
- Dar espacio para preguntas y escuchar atentamente.
- Intentar utilizar un lenguaje de seguridad, calmo, sin muchos detalles pero procurando dejar poco espacio para la fantasía, por lo que es importante asegurar que tu hijo/a está comprendiendo lo que le estás explicando (esto puede durar más de una conversación).
- Ser cuidadoso/a con los espacios para hablar; no obligar ni forzar la conversación, en cambio, buscar instancias naturales o intencionar ambientes tranquilos y repetirlos las veces que sea necesario.
- Validar su miedo, enojo o lo que sea que están sintiendo, explicarles que es natural que se sientan así y tratar de transmitir que es algo temporal y que no se sentirán así para siempre. Evitar expresiones como “no te preocupes”, “no es nada” o “no es para tanto” ya que podría conseguir que se sientan avergonzados o criticados por lo que están sintiendo. Asimismo, validar y disponer de espacios seguros de expresión emocional.
- Si durante las conversaciones o en otros espacios se visualizan muy nerviosos, ayudar a relajarse con ejercicios de respiración, así también como técnicas de distracción.
Fuentes:
https://globalfirstaidcentre.org/es/traumatic-event/
https://childmind.org/es/guia/guia-sobre-como-ayudar-a-los-ninos-a-lidiar-con-un-evento-traumatico/#block_655275b581058
Información obtenida de Andrea Cardemil @andreacardemil y Pilar del Rio @pilidelriov en Instagram.