Las quemaduras son una de las lesiones más comunes entre los niños, especialmente en el hogar, donde fuentes de calor como estufas, hornos, líquidos calientes o incluso el sol, son parte del día a día. Como padres, saber cómo actuar rápidamente ante una quemadura puede marcar una gran diferencia en la recuperación y el alivio del dolor de tu hijo. En este artículo, te explicamos cómo identificar el tipo de quemadura, qué primeros auxilios aplicar, y cuándo es necesario consultar en un servicio de urgencia. Además, te dejamos consejos útiles para prevenir.
¿Qué es una quemadura superficial o profunda?
Las quemaduras se clasifican según el daño en capas de piel que realiza el agente de calor, puede ser:
Quemaduras superficiales (de primer grado)
Afectan sólo la capa más externa de la piel (la epidermis). Los síntomas incluyen enrojecimiento, dolor leve a moderado y posible hinchazón. En la mayoría de los casos, las quemaduras superficiales sanan sin dejar cicatrices, aunque requieren cuidados adecuados.
Quemaduras profundas (de segundo o tercer grado)
Afectan varias capas de la piel y pueden llegar a dañar tejidos más profundos. Estas quemaduras son más graves y pueden producir ampollas, piel blanquecina o carbonizada, y dolor intenso. Pueden dejar cicatrices permanentes y suelen requerir atención médica inmediata.
En caso de quemadura, los primeros auxilios son:
- Retira a tu hijo de la fuente de calor: Si el niño está en contacto con una fuente de calor, lo primero es alejarlo de esta para evitar que la quemadura empeore.
- Enfría la quemadura: Coloca la zona quemada bajo agua corriente fría durante al menos 10 minutos o, si no es posible, aplica compresas frías (no hielo directo) para reducir el calor. Evita el uso de agua demasiado fría, ya que esto podría causar un choque térmico.
- No uses sustancias caseras: Evita aplicar pasta de dientes, aceite, mantequilla o cualquier otro remedio casero, ya que pueden empeorar la lesión o aumentar el riesgo de infección.
- Seca suavemente: Tras enfriar la zona, seca la quemadura dando ligeros toques con una toalla limpia. No frotes la piel.
- Aplica una crema hidratante o pomada para quemaduras: Puedes usar una crema calmante o gel de aloe vera. Busca productos específicos para quemaduras que sean adecuados para niños. Estos ayudan a hidratar la piel y aliviar el dolor.
- Cubre la quemadura: Si la quemadura está en una zona expuesta o en un área que puede contaminarse, cúbrela con un apósito limpio y no adhesivo. Esto protege la herida de infecciones y evita que el niño se toque o rasque la zona afectada.
¿Cuándo consultar en un Servicio de urgencia?
En general, las quemaduras superficiales menores no requieren atención médica urgente, pero es importante estar alerta ante ciertos signos que pueden indicar la necesidad de atención profesional:
- Si la quemadura cubre una gran área de la piel o afecta áreas sensibles como la cara, las manos, los pies, pliegues o los genitales.
- Si la quemadura parece profunda (por ejemplo, piel carbonizada, blanca o que no duele).
- Si hay signos de infección, como enrojecimiento creciente, pus o fiebre.
- Si tu hijo tiene un dolor muy intenso o muestra signos de shock (como palidez, respiración rápida, desmayo).
¿Cómo prevenir?
El 70% de las quemaduras son de niños de 0 a 4 años y el 90% se producen en la casa. Las causas más comunes son objetos calientes (estufa, plancha etc) y líquidos calientes (comida, hervidor, café, termos)
Los niños son curiosos y pueden acercarse a objetos calientes sin darse cuenta del peligro. Algunas recomendaciones para prevenir quemaduras incluyen:
Evita que los niños jueguen cerca de fuentes de calor, como chimeneas, estufas o parrillas.
Mantén los objetos calientes fuera del alcance de los niños.
Usa protectores en las estufas y hornos para evitar que los niños toquen superficies calientes.
Coloca los mangos de las sartenes hacia dentro de la cocina para evitar que el niño los agarre.
En Resumen
Las quemaduras superficiales en niños pequeños pueden ser aterradoras, pero al actuar rápidamente y de manera adecuada, puedes aliviar el dolor de tu hijo y prevenir complicaciones. Siempre mantén la calma y sigue estos pasos de primeros auxilios. En caso de duda o si la quemadura parece grave, no dudes en buscar atención médica.
Prevenir es siempre lo más importante, por lo que estar atenta a los riesgos en casa es una de las mejores maneras de proteger a tus pequeños.
Recuerda que los niños pequeños están aprendiendo a interactuar con su entorno, por lo que la supervisión constante y la educación sobre seguridad son claves para reducir el riesgo de quemaduras.